El proyecto norteamericano Apolo tenía como objetivo situar a una persona sobre el suelo lunar y traerla san y salva de regreso a la tierra. No era una tarea fácil de cumplir y se había revelado realmente peligrosa cuando, durante unas pruebas en tierra con la tripulación del Apolo 1, el módulo lunar se incendió, matando a los tres astronautas. La conmoción que provoco este suceso estuvo a punto de provocar la interrupción del programa.
Las primeras misiones Apolo fueron vuelos no tripulados en los que se iban perfeccionando los combustibles y el cohete impulsor. A continuación comenzaron los vuelos tripulados: la misión Apolo 8 (21 de diciembre de 1968) fue la primera en conseguir orbitar la luna y regresar a la tierra con las primeras fotos de nuestro satélite tomadas por manos humanas.
De aquí al primer aterrizaje, era cuestión de muy poco tiempo. El 16 de julio de 1969 comenzó la misión Apolo 11, tripulada por los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins. Su objetivo: pisar por primera vez la superficie lunar.
La madrugada del 2 de julio de 1969, Armstrong y Aldrin descendieron a la superficie del satélite con un módulo lunar, mientras el terceer astronauta, Collins, permanecía en órbita a bordo del módulo de servicio. La frase de Armstrong al pisar la luna es conocida por todos: "Un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad".
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